Las piedras calientes aplicadas sobre la piel de nuestros pacientes, crean múltiples sensaciones. La llamada terapia de las Piedras Calientes o como se la conoce en inglés Hot Stone Therapy es uno de los tratamientos más aplicados últimamente en nuestro país. Nuestros pacientes han incluido este tratamiento entre sus preferidos y acuden a sus centros de belleza con relativa frecuencia para disfrutar de sus beneficios.
Piedra de Basalto
Este método usa piedras de basalto. Esta suele ser de color gris oscuro, y tiene muchas veces una textura vesicular que conserva los vestigios de burbujas producidas por vapor de agua en expansión, generado durante el enfriamiento y la solidificación de la lava.
La terapia con piedras calientes se aprovecha de la capacidad que tienen las formaciones basálticas para conservar el calor durante mucho tiempo. Físicamente la circulación y el metabolismo son estimulados; mentalmente el paciente alcanza un estado de relajación profundo y la espiritualidad es balanceada mientras que el proceso restaurador se lleva a cabo.
Piedras frías y calientes
También se pueden combinar las piedras frías y calientes, de esta manera se potencian más los beneficios de este tratamiento. Las piedras frías suelen ser de mármol paquistaní y entre sus propiedades mejoran el aspecto de la piel, la revitalizan y le dan firmeza, además de conseguir una relajación total.
Durante el masaje con piedras, se pueden llegar a utilizar más de 60 rocas volcánicas diferentes, que alcanzan los 60° C sin quemar la piel.
MÉTODO DE APLICACIÓN
Exfoliación:
Se aplica sobre el cuerpo una exfoliación a base de semillas de damasco y aceites esenciales de romero, clavo y limón, para eliminar las células muertas de la piel y dejarla en perfectas condiciones para poder recibir toda la energía calorífica de las piedras basálticas.
Remineralización:
Se remineraliza la piel con un concentrado de polvos de abedul o fangos y lodos ricos en oligoelementos, que estimula el metabolismo celular.
Masaje:
Se combina la técnica del masaje tradicional con las manos y la colocación de piedras calientes para dilatar los vasos sanguíneos y linfáticos y estimular la circulación, así como rocas frías de mármol paquistaní para conseguir la relajación. Las primeras se calientan en un horno y las segundas se enfrían en el congelador o con hielo. Ambas piedras aportan firmeza y luminosidad a la piel.
Durante la sesión, el terapeuta coloca piedras sobre los puntos energéticos del organismo del paciente: a lo largo de la columna vertebral, el abdomen, la frente, las manos y los dedos de los pies, sin olvidar una piedra pequeña sobre el tercer ojo, situado en el centro de la frente. Luego se aplica un aceite esencial.
Se realiza el masaje con piedras calientes. La roca basáltica transmite al organismo energía y calor, con esto se relaja el cuerpo, se elimina la tensión, fluye la energía, y se ilumina y se oxigena la piel.
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