UNA PRÁCTICA AL ALCANCE DE TODOS
¿Cómo debe entenderse el masaje? ¿Como una práctica médica que los médicos casi no ejercen? ¿Como una práctica de fisioterapeutas o de expertos? Es necesario regular quién está capacitado para dar masajes. Hace unos años, un profesor de medicina decía: «Los médicos se están quedando inútiles, han perdido las manos, apenas las usan para diagnosticar y menos para tratar, salvo los cirujanos». Y tenía razón. Es importante que el médico sea experto en el manejo de las manos para curar.
Porque el acto de masajear está en la base de la salud - Es preciso que esté al alcance del médico, pero también de todos sus pacientes.
Desde que se nace, los abrazos y las caricias de la madre son el primer contacto, la génesis del amor maternal y de las relaciones humanas. El masaje ayuda al niño a sentirse querido, vinculado a su madre y estimulado. Le ayuda en su desarrollo y en la absorción del alimento, favorece el aumento de peso y la cicatrización de heridas, alivia los traumatismos, mejora el sueño y el descanso, disminuye las hormonas de estrés y calma el dolor.
En el ayurveda de la India y en otras tradiciones, el abuelo le enseñaba al niño y era costumbre que todo el mundo practicase y diese el masaje.
El masaje tiene como finalidad, además, la recuperación y rehabilitación física de los procesos patológicos o las lesiones. Muchas jurisdicciones lo consideran un acto sanitario y, como tal, debe ser realizado bajo prescripción médica por personal acreditado. Hoy los profesionales que dan masajes en sus diferentes modalidades son médicos, fisioterapeutas, quiromasajistas, esteticistas y masoterapeutas matriculados. El masaje es una herramienta de trabajo que por conocida parece que cualquier persona la puede realizar, nada más lejos de la realidad, si queremos obtener beneficios terapéuticos la persona que lo utiliza tiene que ser experta y formada en diversas materias... Pero también hay que pensar que el propio paciente y su familia son a veces buenos terapeutas. Es importante que se promocione la enseñanza a los pacientes. Es importante entender que bajo las manos hay una piel, un músculo, un tendón, una arteria, una vena, un nervio, un hueso… y para los profesionales es bueno recordar que todo eso es, ni más, ni menos, una persona que tiene nombre, que siente, que vive.
Si no se la conoce, mal se la puede tratar. Hay que aprender sobre el cuerpo, sobre lo que se toca con las manos. A veces cuenta tanto la profesión como lo que se sabe.
RECOMENDACIONES A LOS NUEVOS TERAPEUTAS
• Las maniobras de un masaje no tienen que causar dolor, por lo que conviene estar atento a las reacciones de quien recibe ese masaje, aplicando un contacto progresivo y extenso al principio y centrándose luego en las áreas más limitadas y tensas
• No realizar nunca maniobras de las que no se está seguro de controlar.
• Para utilizar la técnica del masaje es necesario tener amplios conocimientos de anatomía, fisiología, biomecánica. En este sentido es recomendable tener conocimientos de liberación miofascial que dota de una especial sensibilidad a la hora de realizar el masaje y permite ser respetuosos con los tejidos.
•Entre las contraindicaciones del masaje se encuentran las inflamaciones o infecciones agudas, procesos febriles, quemaduras, cardiopatías, fracturas no consolidadas.
•El masaje se aplica directamente sobre la piel desnuda de la zona a tratar, en una sala con una temperatura agradable y el paciente en una posición cómoda y relajada.
El masaje es una de las técnicas más demandadas por el paciente, no puede ser una técnica única de tratamiento, ya que es fundamental tener un amplio arsenal terapéutico a la hora de abordar una lesión. Técnicas craneo-sacrales, osteopáticas, acupuntoras, viscerales, son necesarias para un tratamiento global del paciente. Pero sin perder nunca de vista que un buen masaje puede resultar muy terapéutico a la par de agradable para el paciente.
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