jueves, 9 de mayo de 2013

Cómo mejorar la sesión de Drenaje Linfático Manual



Primero,  de qué estamos hablando?

(Las definiciones estan tomadas de Wikipedia, ya que su lenguaje lego lo  hace accesible para todos, pero recuerda que un BUEN PROFESIONAL debe dominar el lenguaje técnico de lo que realiza)

La Linfa

La linfa se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares linfáticos que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos que se vacían en las venas subclavias.
La linfa recorre el sistema linfático gracias a débiles contracciones de los músculos, de la pulsación de las arterias cercanas y del movimiento de las extremidades. Si un vaso sufre una obstrucción, el líquido se acumula en la zona afectada, produciéndose una hinchazón denominada edema. Las tres funciones que realiza la linfa son:

    Recolectar y devolver el líquido intersticial a la sangre.
    Defender el cuerpo contra los organismos patógenos.
    Absorber los nutrientes del aparato digestivo y volcarlos en las venas subclavias.


El Drenaje

El Drenaje Linfático Manual es una serie protocolizada de maniobras manuales muy suaves que, basadas en un profundo estudio de la anatomía y fisiología del sistema linfático, se realizan con el fin de drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada, a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso.
La clave del éxito del drenaje linfático manual está en el drenaje de las proteínas de los edemas linfáticos, que hoy por hoy, no son capaces de drenarse por medios instrumentales (por ejemplo, la presoterapia, que drena sólo líquido intersticial).


¿Cómo mejorar la sesión de Drenaje Linfático Manual?

Para que la acción del D.L.M. sea lo más óptima posible es preciso no sólo dominar perfectamente su técnica, sino también tener en cuenta los siguientes aspectos:
La temperatura ambiente debe ser agradable. Lo ideal es que tu gabinete se encuentre entre 23° C y 25° C. Además, cubrir aquellas partes del cuerpo que no se estén trabajando, ya que la linfa no circula adecuadamente a menos de 22° C.
Tu paciente debe hallarse en la posición lo más cómoda posible sin que esto te impida llevar a cabo la sesión de manera correcta
Tus manos deben estar a una temperatura adecuada. Si están frías puedes producir reacciones de contracción y no favorecer el flujo linfático.
Es sumamente importante mantener el ritmo adecuado (recordá que los vasos se contraen de 10 a 14 veces por minuto) y la presión correcta para evitar producir dolor, ya que daría lugar a espasmos en los vasos linfáticos y en la musculatura esquelética, empeorando el problema que la sesión intenta resolver (como dato técnico la presión no debe sobrepasar los 60gr/cm2 que sería casi el valor límite del Síndrome Compartimental y muy cercano a una molesta sensación de parestesia en el paciente)
    Las manipulaciones deben sentirse agra­dables y adaptarse a la sensibilidad del paciente, evitando producir enrojecimiento de la piel. Cuando la pre­sión es demasiado fuerte o se fricciona, se produce una dila­tación vascular, dando lugar a un aumen­to de la permeabilidad vascular y, en con­secuencia, un aumento del filtrado.

    En pacientes cuyo sistema nervioso autónomo ha estado hiperactivo (predominio simpáti­co), es aconsejable hacerlos  guardar reposo durante un tiempo (15 minutos aproximadamente). Rercordá que el sistema nervioso vegetativo o autónomo es el encargado de los movimientos involuntarios y el que genera adrenalina en el cuerpo
    Insisto en el ritmo de la sesión, no solamente del Drenaje que debe ser CONSTANTE, la sesión en si debe ser calma, tanto de parte del paciente como de la tuya, (no charlas porque evitan la relajación). Una buena clave tanto para el paciente como para vos es el ritmo de la respiración que se utiliza en la gimnasia Qigong. Recomendale que baje el ritmo de su respiración, (no más profundo, no conteneniéndola, el mismo nivel de aspiración, sin llenar los pulmones) pero a la mitad de la velocidad que suele respirar. En no más de dos minutos estará listo para el drenaje.
La duración de cada sesión depende del tipo y grado de afección. Una vez que hemos "despejado" las vías eferen­tes el tratamiento debe con­centrarse sobre el problema local.
En pacientes de tratamiento prolongado, si aparecen reacciones como asma, eczemas, etc., empezaremos con sesiones más cortas, para ir alargándolas poco a poco. El tiempo normal suele ser de una hora, que puede alargarse media hora más como máximo. 
  No olvides tu toque personal, música, aromas, iluminación, etc.

Siempre recomendar la visita previa a un profesional de la salud antes de realizar cualquier tratamiento de D.L.M. así sean los de características estéticas.

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